
Entre el 9 y el 11 de diciembre de 2024, Bangkok será sede de un evento crucial para el futuro del planeta: el Foro Internacional de Suelos y Agua, organizado por la FAO y el Ministerio de Agricultura de Tailandia. Este foro se centrará en dos problemas críticos que afectan la seguridad alimentaria y el medio ambiente: la degradación del suelo y la escasez de agua. Ambas cuestiones están íntimamente relacionadas y deben abordarse de manera urgente para garantizar un futuro sostenible.
La degradación del suelo, que afecta la capacidad de los ecosistemas para sostener la agricultura y otros servicios esenciales, es un problema creciente a nivel global. La erosión, la pérdida de nutrientes y la compactación del suelo, entre otros factores, están reduciendo la productividad de la tierra y comprometiendo la capacidad de las comunidades para alimentarse. Al mismo tiempo, la escasez de agua es un desafío cada vez más apremiante, exacerbado por el cambio climático y la mala gestión de los recursos hídricos.
El foro busca implementar el primer plan de acción global para detener y revertir estos problemas. Altos funcionarios, investigadores y expertos en agua y suelos compartirán estrategias para restaurar tierras degradadas y promover prácticas agrícolas sostenibles. Entre los temas clave, se discutirá la importancia de integrar enfoques que resistan los impactos climáticos, una necesidad en tiempos en que fenómenos como las sequías y las lluvias extremas son cada vez más frecuentes.
La celebración del Día Mundial del Suelo, el 5 de diciembre, refuerza la relevancia de este encuentro. Bajo la campaña «Cuidar los suelos: medir, monitorear, gestionar», la FAO y otros actores resaltarán la importancia de contar con datos precisos sobre la salud del suelo. La capacidad para medir y gestionar eficazmente los suelos no solo es clave para una agricultura más productiva, sino también para mitigar el cambio climático, ya que los suelos saludables son sumideros naturales de carbono y un pilar para la biodiversidad.
Un Reto Global: La Escasez de Agua y la Degradación del Suelo
A nivel mundial, se estima que un 33% de los suelos están degradados, lo que significa que pierden su capacidad para sostener cultivos, almacenar agua y mantener los ecosistemas que dependen de ellos.
Además, según las Naciones Unidas, más de 2.000 millones de personas viven en países que experimentan un estrés hídrico considerable, lo que significa que las fuentes de agua son insuficientes para satisfacer la demanda. Esta combinación es una amenaza seria para la seguridad alimentaria global.
En muchas regiones, la sobreexplotación de acuíferos subterráneos está provocando una crisis de agua. Por ejemplo, el uso intensivo de aguas subterráneas en la agricultura ha llevado a la disminución de los niveles de agua en vastas zonas, lo que pone en peligro tanto la disponibilidad de este recurso como la productividad de los suelos. La escasez de agua también limita la capacidad de los agricultores para implementar técnicas que regeneren el suelo, como el riego controlado o el cultivo de cobertura.
Soluciones Sostenibles y Urgentes
El foro subrayará la necesidad de una acción coordinada que integre tanto el manejo sostenible del suelo como la gestión del agua. Para hacer frente a estos desafíos, es fundamental adoptar prácticas como la agroecología, que mejora la salud del suelo y promueve el uso eficiente del agua, y la restauración de ecosistemas, que puede devolver a la tierra su capacidad de almacenar agua y nutrientes.
En este contexto, la educación y la concienciación pública juegan un papel vital. Los agricultores, comunidades locales y los responsables de las políticas deben comprender la urgencia de estas crisis interconectadas y trabajar hacia soluciones que equilibren la demanda de recursos con su preservación a largo plazo.
El Foro Internacional de Suelos y Agua 2024 será un hito importante en este camino, marcando un antes y un después en la colaboración global para detener la degradación del suelo y la escasez de agua, protegiendo así no solo la seguridad alimentaria, sino también el bienestar del planeta para las futuras generaciones.
Este enfoque holístico hacia la sostenibilidad del agua y los suelos es clave para garantizar un futuro en el que los recursos naturales puedan seguir sosteniendo a la humanidad sin comprometer el equilibrio ecológico.